Programa de Inclusión Juvenil

  • Otra
  • Argentina - Santa Fe - Firmat
    Contacto: Carolina López Ortiz.
    Teléfono: 03465-425804 .
    E-mail: carolopezortiz@arnet.com.ar.

    Actores involucrados en la práctica:
    El programa está destinado a jóvenes, de sexo masculino, cuyas edades oscilan entre 16 y 30 años, en situación de vulnerabilidad y/o exclusión social, con escasos y precarios lazos familiares (algunos han transitado parte de su niñez en hogares de menores), estructuras psíquicas muy endebles; son desocupados o sub-ocupados, sin ingresos fijos, sin cobertura social, no reciben ningún plan social, poseen bajo nivel de escolaridad y baja o nula calificación laboral; y la mayoría consume o ha consumido drogas y/o alcohol, y ha estado en conflictos con la ley (por hurtos y robos calificados). Todos habitan en el único barrio FONAVI de la ciudad, aunque transitoriamente su lugar de residencia puede variar. La mayor parte de los jóvenes que conforman el grupo tiene hijos a cargo; algunos tienen lazos de parentesco entre sí (hermanos y/o primos). El proyecto se gestiona y financia desde la Municipalidad de Firmat.
    Explicación de cómo y por qué nace la práctica:
    La experiencia surge como uno de los efectos del proceso comunitario promovido en un barrio de la ciudad. En el imaginario, el barrio se asocia al delito y las drogas. El objetivo de constituir una Asociación Vecinal elegida democráticamente, promovió la reunión periódica de un grupo de vecinos y la realización de un censo en el barrio. En transcurso de este proceso, los vecinos señalaban la necesidad de incluir de alguna manera a un grupo de jóvenes del barrio que “vivían en la marginalidad”. El planteo de los vecinos de incluir a este grupo de jóvenes en el proceso barrial (aún con las múltiples contradicciones y tensiones que conlleva) y el pedido de ellos mismos de querer “blanquearse” (*), sumados a la decisión personal del intendente de hacer lugar a estos pedidos, fueron determinantes en la organización de la iniciativa.

    El programa propone que el grupo de jóvenes realice tareas de mantenimiento de espacios comunes del barrio, de lunes a viernes en jornadas de cuatro horas. Además, deben participar de una reunión grupal, con el equipo coordinador (integrado por dos psicólogas y una trabajadora social), que se realiza una vez por semana. De acuerdo a la asistencia (registro diario), reciben semanalmente un pago de hasta 60 (sesenta) pesos cada uno -$ 12 (doce) por día-. Los días que no concurren al programa son descontados de la paga, y por decisión de ellos mismos, quién no asiste a las reuniones tiene un descuento de $ 5 (cinco). El Centro Comunitario del barrio es el lugar de referencia donde diariamente los jóvenes firman su asistencia y se encuentra la trabajadora social.

    Los trabajos de mantenimiento realizados hasta el momento fueron: reparación y pintura de juegos y bancos de la Plaza; pintura de columnas de alumbrado público; nivelación de terrenos; mantenimiento de canaletas; reparación de veredas; reparación y pintura de carteles de señalización; colocación de contenedores para residuos; restauración del Jardín de Infantes de la Escuela: trabajos en la huerta, el arenero, arreglo y pintura de juegos, mantenimiento eléctrico y en general; ampliación del terreno para la cancha de fútbol; parquización de espacios verdes; pintura, armado e instalación de 11 bancos; pintura de las persianas del centro comunitario; pintura de la cancha de bochas del Parque 12 de Octubre; pintura de los palieres, escaleras y fachadas de los 9 consorcios del barrio.

    Además, desde el programa se acompañó la construcción y mejoras en las viviendas de algunos de ellos, facilitándoles la obtención de los materiales (cuyo costo es descontado en cuotas accesibles de los pagos semanales) y la fabricación de ladrillos con una bloquera comunitaria que funciona en el Centro Comunitario de otro barrio. Las veinte horas semanales de asistencia al proyecto, incluyen además de los dispositivos laboral y grupal, actividades de escolarización y capacitación. Los jóvenes que participan de estas actividades, lo hacen por propia elección -aún cuando desde el programa se promueve la importancia de las mismas, no son obligatorias-.

    En el transcurso de este tiempo, se han desarrollado las siguientes instancias de formación:
    - uno de los jóvenes finalizó la Educación Básica en una Escuela Provincial para Adultos que funciona en el barrio;
    - dos de los jóvenes retomaron la Educación Media para Adultos; se implementaron clases de apoyo en distintas disciplinas según las dificultades que fueron surgiendo;
    - uno de los jóvenes realizó un de Curso de Soldadura desarrollado por el INTI y una pasantía en una importante empresa metalúrgica ;
    - cuatro de los jóvenes están asistieron a cursos de albañilería y uno, al de electricidad, dictados por el Consejo de Capacitación de Firmat;
    - se gestionó la obtención de una beca para el estudio de guitarra para uno de los jóvenes.

    Por otra parte, se realizan periódicamente entrevistas individuales con los jóvenes, y en algunas ocasiones, con sus familiares. Las mismas tienen lugar cuando son solicitadas por algunos de ellos, o cuando el equipo coordinador lo considera necesario a partir del seguimiento constante de la experiencia.

    Con uno de los jóvenes, se trabajó la internación en una institución de rehabilitación para adicciones, su concreción, acompañamiento durante el proceso de admisión, y seguimiento con visitas semanales de las coordinadoras a la ciudad de Rosario mientras duró la internación, y también se realizaron entrevistas con sus familiares.

    El equipo técnico también acompaña a los jóvenes en las situaciones de dificultad ante la policía y la justicia. En relación a los conflictos previos con la ley, facilitándoles la presentación ante las citaciones, y favoreciendo el cumplimiento con el “Programa de Menores en Conflicto con la Ley” dependiente de Minoridad y Familia de la Provincia, estableciendo contactos con funcionarios policiales y judiciales cuando la situación así lo requiere, ayudándoles a contar con el asesoramiento legal correspondientes. También se propicia que puedan abordar ciertos conflictos familiares atendiendo la vía legal, fundamentalmente relativos a la función paterna (reconocimiento de sus hijos; mediación en conflictos de pareja, intentando preservar a los menores involucrados, garantizando el pago de la manutención correspondiente a los hijos).

    El proyecto promueve la organización y participación del grupo en actividades deportivas (los jóvenes han constituido un equipo de fútbol que participa con frecuencia de torneos barriales e interbarriales), culturales y recreativas (se realizó un viaje a la ciudad de Buenos Aires).

    En el inicio (julio de 2004), el desarrollo de la experiencia fue pensada fundamentalmente en relación al grupo, al trabajo y al barrio. Con el transcurrir de la misma, el eje se amplía hacia: posibilitar salidas individuales; incluir la escolarización, la capacitación y las actividades de la cultura; extender los límites de la experiencia más allá del barrio.

    Problema o necesidad que intenta resolver:
    El programa está destinado a dar respuesta al vacío de las políticas de estado respecto de una serie de problemáticas conjugadas: jóvenes en situación de vulnerabilidad y/o riesgo social; desocupación; conflictos con la ley y consumo de sustancias tóxicas. Además, intenta atender la situación de marginalidad de estos jóvenes en este barrio en particular.

    Impacto que se logró o espera lograr en la calidad de vida de las personas excluidas:
    Si bien la población beneficiaria del proyecto y los resultados alcanzados no arrojan cuantitativamente cifras tan significativas, el impacto sobre la subjetividad de estos jóvenes, sus familias, el barrio y la ciudad son muy importantes cualitativamente.

    Catorce jóvenes han sido los beneficiarios directos del proyecto. Indirectamente, el mismo ha impactado sobre una población más amplia: sus familias, sus grupos de referencia, y las instituciones del barrio.

    Las estadísticas del proyecto muestran que:
    - la mayoría de los jóvenes participantes permanece en el programa desde el inicio (a diferencia de su pasaje por otros programas);
    - sólo un hecho delictivo ocurrió en el marco del proyecto;
    - todos -menos uno- ha cursado o cursa instancias de escolarización básica o capacitación laboral.
    - se registraron al menos veinte pedidos de incorporación a la experiencia.

    En el transcurso de la experiencia, se produjo desde el grupo un movimiento de búsqueda de inclusión en otros ámbitos fuera del barrio. Se propuso que las reuniones se realicen en el Centro Cultural Municipal de la ciudad -emplazado en la zona céntrica-; algunos accedieron a cursar la capacitación en instituciones educativas de la ciudad y comenzaron a manifestar interés en conseguir trabajo fuera del barrio. Inquietud que se materializó a través de un sistema de pasantías rentadas en empresas locales (3 jóvenes ingresaron a la empresa Vassalli Fabril S.A.), y en otros casos con la solicitud de préstamos destinados a microemprendimientos (venta de ropa; herramienta para mantenimiento de espacios verdes).

    Por otra parte, se implementaron estrategias tendientes a establecer un circuito respecto del dinero que evite, por un lado, los hechos delictivos como fuente de ingresos y por otro, la instauración de la responsabilidad frente a los compromisos asumidos (sistema de adelanto de dinero con devolución semanal). Ligado a esto, surge además un sistema de reconocimiento de compromiso al trabajo en el programa (pago de un monto mensual adicional que puede tanto obtenerse como perderse).

    Se advirtió la disminución del consumo de drogas y/o alcohol en espacios comunes del barrio. Además, la restricción del consumo durante las horas de permanencia en el programa, que en un inicio resultó dificultoso, actualmente puede sostenerse grupalmente. Si bien el abordaje del consumo de drogas no ha sido un objetivo específico del proyecto, sostenemos que en tanto fue posible que estos jóvenes construyan una alternativa para sus vidas, esto ha tenido un efecto directo al acotar el vacío que determina la necesidad de recurrir a las drogas.

    Aspectos innovadores o replicables de la experiencia:
    Uno de los aspectos que destacan el proyecto como una experiencia innovadora es aquel por el cual, a través de un trabajo desarrollado sobre una población acotada, se logró impactar sobre grupos representativos de una población más amplia del barrio. La riqueza de esta experiencia esta dada por la raíz de la que surge, una confluencia entre el accionar del barrio y sus representantes políticos, esto permitió reinstalar la credibilidad en la gente, dado que hasta el momento las distintas gestiones políticas municipales desarrolladas en el barrio respondían a un perfil solamente asistencial y sin continuidad.

    Además del impacto sobre el grupo de jóvenes y la población del barrio, este proyecto efectiviza un proceso dinámico que articula una red que involucra distintos aspectos: institucionales, comunitarios, políticos, económicos, laborales, deportivos, culturales y educativos, que permite insertar el barrio en la ciudad.

    En segundo lugar, es importante destacar que no es usual que un municipio autogestione un proyecto de este tipo, complejo de por sí, dado que generalmente se proponen programas desde la Provincia o la Nación, con su consecuente dificultad en la implementación, ya que en muchas ocasiones no se corresponden con las características de cada lugar. Además, en este proyecto se intenta atender a una de las franjas etáreas menos consideradas por las políticas sociales y articular dos aspectos que suelen presentarse disociados en los programas de inclusión social: inserción laboral y dificultades con la ley.

    En tercer lugar, si bien este proyecto constituye una experiencia piloto acotada a un barrio de la ciudad, sus lineamientos permiten que pueda ser replicado en otras poblaciones La posibilidad de que en el próximo año se implementen otras experiencias similares con otras poblaciones beneficiarias (adolescente mujeres) y en otros barrios está siendo considerada. Debe destacarse, además, que la experiencia contó con la supervisión de la Carrera de Especialización en Psicología Clínica, Institucional y Comunitaria de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario (de la que participaron dos de las coordinadoras).

    Finalmente, creemos que este programa no se reduce a una suma de actividades sino que apunta a la consideración de un proceso de inclusión en sus dos dimensiones: la social y la subjetiva, apostando a que el pasaje por este dispositivo, les permita a estos jóvenes posicionarse de otra manera ante la realidad que les toca vivir.

    Principales obstáculos o desafíos que presenta la práctica:
    En la puesta marcha y ejecución del proyecto se presentaron numerosas y diversas dificultades. En el inicio, se centraron en relación a: la organización de la tarea; el proceso grupal; la no disponibilidad de un espacio físico; con la comunidad barrial y sus instituciones; con la policía y lo judicial. También la direccionalidad del proyecto y la función técnica del equipo coordinador (diferenciado de lo político) fueron motivo de análisis de los obstáculos en juego. Una de las dificultades que se presentaron a lo largo del desarrollo del proyecto fue la tensión entre lo grupal y lo singular con los jóvenes que no pudieron permanecer en el mismo.

    El desafío actual se plantea en relación a la salida individual de cada uno de los jóvenes, no sólo apuntando a la modificación de sus condiciones objetivas de vida sino a la posibilidad de haber registrado el proceso transitado durante la experiencia, que los sitúa de manera diferente frente a la marginalidad como destino.

    ¿En el caso de resultar premiada la práctica postulada, en qué invertirá el premio?
    En caso de resultar premiada la práctica, un destino posible para el premio sería la implementación de un sistema de préstamos gestionado desde el programa, que permita la financiación de emprendimientos personales, fundamentalmente en los casos en que los jóvenes no puedan ingresar en el mercado laboral formal. Otra alternativa que puede conjugarse con la anterior, es establecer un programa de seguimiento y referencia para los jóvenes cuando la experiencia grupal concluya.