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El taller funciona semanalmente en la biblioteca de la Escuela nº 6 de Isla Maciel. Es dictado por los fotógrafos Gonzalo Martínez y Pablo Piovano, y Laura Sottile, miembro de la Asociación. En la actualidad participan alrededor de 15 chicos que tienen entre 11 y 15 años. Algunos de ellos no van a la escuela. En el taller se ven trabajos de otros autores a través de diapositivas, y se analizan estos trabajos. En algunas ocasiones se organiza la visita de fotógrafos que muestran sus trabajos; y se visitan muestras en espacios en Ciudad Autónoma de Buenos aires.
Se trabaja con fotografía en blanco y negro y cámaras de calidad precaria, pero que permite que cada chico tenga una de su propiedad. Semana a semana los chicos sacan sus rollos y se fomenta que cada uno desarrolle una temática individual. Algunos de los temas en los que están trabajando son la contaminación del riachuelo, la vida cotidiana en la familia, el fútbol, la vida en la escuela, seguimiento de personajes del barrio, contar historias relacionadas con sus vidas y las de sus amigos, el embarazo adolescente, etc.
También se realizan salidas a distintos espacios representativos de la Isla donde se realizan trabajos de forma colectiva. Semana a semana se analizan las imágenes que fueron tomadas previamente y se va editando el material. Esto implica la reflexión y discusión constante acerca del relato que construyen día a día de acuerdo a como quieren contar acerca de ellos mismos y el lugar donde viven. En la actualidad se está trabajando en la edición de una muestra a fin de año y en la realización de un libro de fotografía y textos realizados por los chicos.
Impacto que se logró o espera lograr en la calidad de vida de las personas excluidas:
La posibilidad de crear un registro en imágenes de su espacio de pertenencia y de personajes e historias de vida del lugar, resultó sumamente atractiva tanto a los/as destinatarios/as directos/as como a los/as talleristas y a la comunidad donde funciona el taller. Todos los años se han realizado muestras de fotografía a las que han concurrido gran parte de los vecinos, y también actores sociales de otros barrios. En este sentido, el taller posibilitó la creación de un vínculo con el exterior de la comunidad, a través de la expresión artística.
El hecho de que el resultado final sea tangible y concreto estimuló a los chicos a difundir sus imágenes llevando las muestras de fotografía a otros lugares, esto implicó para muchos la posibilidad de salir por primera vez del barrio. Como el taller funciona en la Escuela del barrio, muchos chicos que no estudian tienen la posibilidad de un acercamiento a esta entidad a partir de su participación en el taller. En este sentido vale señalar que el taller posibilitó el vínculo entre distintos actores sociales a partir de una propuesta innovadora. Además, el trabajo a partir de la fotografía les permitió a los chicos apropiarse de una tecnología a la cual no tenían acceso y a partir del trabajo grupal generar un discurso colectivo a partir de sus imágenes.
La producción de fotografías y la realización las distintas muestras, les otorga "reconocimiento social" a sus realizadores en el sentido de revelar aquello que, aunque su existencia fuere conocida, permanece oculta y vacía de significación. Como proceso creativo, abrió un espacio a las ideas y narraciones de los/as destinatarios/as y les mostró a ellos mismos que existen otras formas de expresión posibles.
Aspectos innovadores o replicables de la experiencia:
No existen antecedentes de una experiencia de este tipo realizada por jóvenes y adolescentes de Isla Maciel, hecho que despierta el interés para los/as destinatarios/as directos/as, la comunidad y los/as capacitadores/as.
Esta práctica puede continuar sin inconvenientes dentro de la escuela, ya que cuenta con el apoyo de esta entidad. Además existe el compromiso absoluto de los capacitadores a cargo del taller, profesionales altamente capacitados y de reconocida experiencia. Se trata de fotógrafos dispuestos a ofrecer sus conocimientos, con el fin de aportar soluciones para el mejoramiento de las oportunidades de los/as destinatarios/as.
Por el lado de los destinatarios, es constante la demanda de otros chicos de participar del taller. Como aspecto innovador podemos destacar que el taller permite fortalecer valores en varios sentidos. Hacia el interior del grupo, por medio del trabajo organizado sobre la responsabilidad colectiva. Como producto, las fotografías brindan su mayor atractivo de darle una vía de expresión a los que no la tienen. Como proceso de enriquecimiento personal, permite ver en papel la capacidad individual y colectiva de crear, decidir, organizar, compartir, trabajar.
Y de tener una respuesta mensurable por todo ese esfuerzo. Además convierte a los/as participantes en productores de contenidos que trascienden las estéticas convencionales a través del registro del lugar en donde viven y la reflexión colectiva sobre sus problemáticas. Es replicable en cualquier comunidad en situación de riesgo que necesite fortalecer su relación con los derechos humanos, ya que la experiencia no tiene limitantes étnicas, socioeconómicas, geográficas ni de otra índole
Principales obstáculos o desafíos que presenta la práctica:
Los principales obstáculos se relacionan con la escasez de recursos, ya que el trabajo con fotografía en blanco y negro, que implica la compra de película, revelado y copiado manual de las copias, la compra de cámaras de mejor calidad, tiene un costo alto en el mercado.
¿En el caso de resultar premiada la práctica postulada, en qué invertirá el premio?
En garantizar la continuidad del taller, darle la posibilidad a otros chicos de participar del mismo garantizando que van a contar con los recursos necesario, y en apoyar la difusión del trabajo de los chicos dando mas calidad y mayor alcance a las muestras de fotografía, así como fortalecer el proyecto de realizar un libro de fotografía