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Demos se aplica en tres etapas:
1-Reflexión: Módulo de formación en ciudadanía responsable (una clase, de 40 minutos). Es una clase en la que se realiza un acercamiento teórico a los conceptos de responsabilidad en la acción, de ciudadanía responsable y de su relación con el fortalecimiento democrático. Se recuerdan las bases de la democracia representativa y de la ciudadanía participativa, los derechos constitucionales, valores democráticos modernos como el reconocimiento de la legitimidad del interés del otro, de la negociación y del diálogo como forma de resolver los conflictos de interés, del pluralismo y el respeto de la ley y de las instituciones democráticas. Sobre el final de la clase, se pide a cada alumno que elija el personaje que desea interpretar en la etapa siguiente (simulación de una negociación de intereses, debates y decisiones en torno al presupuesto nacional) y que justifique su elección.
2-Simulación: En este módulo, que dura 4 horas, cada uno de los alumnos personifica a un actor del escenario político y social institucional de Argentina. El objetivo es que el grupo logre arribar a un consenso sobre un Presupuesto Nacional, entendido como el marco definitorio de un perfil de país. Para ello, cada estudiante cuenta con información didáctica exclusiva de su rol y un espacio físico propio. Las reglas del juego promueven que los jóvenes reflexionen y experimenten los desafíos de un proceso de negociación, que ejerciten su capacidad de diálogo y respeto por el interés del otro y que aprendan por medio de la propia experiencia que el camino para la consolidación de una democracia supone una ciudadanía activa que se involucra directamente en la construcción de lo público y monitorea las decisiones de gobierno. El juego promueve la mentalidad inclusiva permitiendo al participante experimentar en carne propia la realidad y las preocupaciones, problemas e intereses de distintos actores de la sociedad. La simulación permite comprender al joven la importancia de ponerse en el lugar del otro y de entender al otro para poder arribar a un consenso. La simulación es un dispositivo de sensibilización que apunta a incrementar entre los adolescentes la conciencia de que el ejercicio de la ciudadanía responsable fortalece la sociedad civil y nuestro sistema democrático. De esta manera, Demos utiliza el juego como forma de enseñanza.
3- Acción: En este módulo de formación, que dura 8 semanas, los adolescentes realizan un acercamiento práctico a diversas herramientas que nuestro sistema democrático prevé para el ejercicio de la ciudadanía. Se invita a los jóvenes a que voluntariamente utilicen una o varias de estas herramientas en una acción concreta orientada a la mejora de lo público, dentro de su comunidad. Las “Herramientas para la Acción” propuestas propician esa participación y la creación de confianza en la utilidad de la práctica cotidiana de los valores relacionados con la conciencia ciudadana. Esta instancia pretende llevar al acto las ganas de participar cívicamente sembradas en la simulación (Segunda Etapa), promoviendo el involucramiento activo y directo de los/as jóvenes en la mejora del espacio público. Se busca motorizar acciones que tiendan a incidir en su relación cotidiana con el espacio que habitan y con sus representantes. Con la inclusión de las “Herramientas para la Acción” el programa cambia, en la práctica, el sentido de lo público para los adolescentes participantes, propiciando la toma de conciencia de que ellos mismos pueden impactar positivamente en la mejora de la calidad de vida a través de sus acciones. Se generan, por lo tanto, semillas de capital social entre jóvenes en los contextos sociales más diversos. Muchos de ellos se encuentran hoy expuestos a la realidad de la exclusión social y sus graves consecuencias.
Impacto que se logró o espera lograr en la calidad de vida de las personas excluidas:
El programa permite, a través de sus diferentes etapas y metodologías, que el participante se reconozca como ciudadano y como factor de cambio. En la primera etapa, se logra que entienda la importancia de ponerse en el lugar del otro, como paso previo para, en la segunda etapa, arribar a un consenso, y, ya en la tercera, que se comprometa con su comunidad a través de una acción concreta.
Estas tres etapas permiten trabajar con los jóvenes, en la teoría y en la práctica, la importancia de involucrarse y comprometerse para lograr una sociedad más justa e inclusiva partiendo del conocimiento y el entendimiento.
En total, ya hemos realizado más de 190 experiencias de aplicación en el terreno, en las que participaron estudiantes de CABA y GBA, Misiones, Chubut y la R.O. del Uruguay. Por medio de indicadores indirectos, sabemos que los 6 años de implementación y los más de 6700 adolescentes que han participado del programa han permitido alcanzar cambios concretos de actitudes entre diversos actores sociales. Un ejemplo es el de los alumnos de 5º año del Colegio San Pauls (Hurlingham, GBA), que eligieron realizar una actividad recreativa en un merendero para chicos carenciados de su comunidad, en lugar de donarles alimentos a distancia, sin conocerlos.
Como resultado, una de las alumnas de San Pauls dijo: ¨Antes, cuando tomaba el tren por acá, cruzaba de vereda para evitar esta cuadra, por miedo a que me roben. Ahora conozco a estos chicos, pude acompañarlos un ratito, y no sólo perdí ese miedo. Cada vez que paso me quedo charlando con ellos¨. Desde Sumando, la inclusión no se limita a trabajar únicamente con personas en una situación económica desfavorable, sino que debe trabajarse para eliminar cualquier tipo de discriminación que lleva a la exclusión social.
Aspectos innovadores o replicables de la experiencia:
El programa prevé que para el desarrollo del proyecto comunitario sean varios los actores que deban intervenir. Por un lado, se involucran las autoridades y docentes del colegio al cual pertenecen los participantes, así como padres y amigos de los jóvenes convocados a participar. La comunidad se involucra directamente, ayudando a los participantes a desarrollar su proyecto.
El primer paso que se propone a los participantes para desarrollar el proyecto comunitario es conocer mejor su comunidad y sus problemas. El proyecto de mejora comunitaria es decidido por los jóvenes mismos, partiendo del relevamiento nombrado anteriormente y con el acompañamiento del staff de Demos.
Se busca que la acción no sea simplemente asistencialista, sino que apunte a permitir la inclusión de grupos que se excluyen mutuamente por situaciones sociales y/o económicas diferentes.
Desde Demos estamos convencidos que estas acciones permiten conocerse, entender realidades diferentes a las de uno y que ésta es una de las claves para que la inclusión social sea real y sostenible en el tiempo.
Principales obstáculos o desafíos que presenta la práctica:
El principal desafío que presenta la práctica es expandirse a nivel nacional.
¿En el caso de resultar premiada la práctica postulada, en qué invertirá el premio?
La aplicación del programa en un aula cuesta, en promedio, unos 50 pesos (sin contar los sueldos del staff de Demos, que no son cobrados a las escuelas). El programa ofrece a las escuelas la posibilidad de apoyar la implementación del programa por medio de un bono contribución de 100 pesos. Hasta la fecha, unas 10 escuelas han optado por dar este apoyo. En los demás casos, la aplicación del programa fue gratuita para las escuelas, gracias a la subvención de terceros.
Por medio de la presentación del programa Demos al Premio “Comunidad Inclusiva de la Fundación Diario La Nación” se avanzará en la aplicación del programa en algunas provincias, por medio de un viaje para contactar y capacitar organizaciones que repliquen posteriormente el programa. Para lograrlo ya hemos contactado con diferentes organizaciones del interior interesadas en desarrollar el programa en sus comunidades. La implementación de Demos ha sido apoyada hasta ahora por empresas (por ej., CAPEX; Alto Paraná S.A., para escuelas en Misiones), municipios, organismos internacionales y fundaciones privadas.