“Recetas solidarias”

  • Salud / Desarrollo Comunitario
  • Argentina - Córdoba - Unquillo y La Calera
    Contacto: APrOHCol. Gladys Graciela Muiño.
    Teléfono: 03543-487370. Dirección: Río Negro esq. Sarmiento. Unquillo.
    E-mail: aprohcol@agora.com.ar.

    Actores involucrados en la práctica:
    Los principales actores involucrados son las familias de las comunidades de Unquillo y La Calera, las promotoras comunitarias que trabajan en los comedores de las organizaciones barriales, la Organización No Gubernamental A.Pr.O.H.Col., el Centro Vecinal San Miguel, la Organización Comunitaria Caritas Felices y la Escuela J. Newbery.
    Explicación de cómo y por qué nace la práctica:
    La práctica se desarrolla en dos territorios del Gran Córdoba, precisamente en el comedor comunitario de Barrio San Miguel de la Ciudad de Unquillo y comedor comunitario “Caritas Felices” de Barrio Mataderos, Ciudad de La Calera, ambos comprendidos en el departamento Colón, Provincia de Córdoba. Cabe destacar que el Gran Córdoba ha sufrido un proceso de expansión demográfica producto del fenómeno de explosión –en la década del 90- provocada por la expulsión de la población de escasos recursos de la ciudad capital.

    Esta situación ha generado la apertura de centros comunitarios en los que en general se aborda una de las necesidades más básicas y sentidas por la población como es la alimentación en la infancia, debido a la magnitud que cobra la problemática de la desnutrición infantil en los sectores de escasos recursos. Si bien este tipo de asistencia brinda respuesta a las necesidades alimentarias, es posible observar que es indispensable atender otros aspectos que se relacionan con el espacio de socialización, los vínculos, los hábitos, etc.

    El barrio San Miguel es un sector que ha sufrido un importante aumento poblacional, y además, ha recibido a familias en condiciones de pobreza estructural que han adquirido terrenos sin urbanizar y están autoconstruyendo sus viviendas. En general , la población que reside en este barrio presenta dificultades en lo que concierne a ingresos, encontrándose numerosas familias por debajo de la línea de pobreza. Los jóvenes y los niños residentes encuentran dificultades para desarrollar actividades creativas expresivas y se encuentran alejados del centro de la ciudad.

    Existe un Centro Vecinal, muy activo y comprometido con las problemáticas barriales, que cuenta con un salón donde actualmente funciona un centro de cuidados infantil con financiamiento del Programa de Niñez de la Provincia, un comedor para niños, ancianos, embarazadas y discapacitados, con financiamiento de PNUD. En el mismo predio está la sala de salud, precisamente para la atención de niños, realización de controles de crecimiento y desarrollo, y atención general de adultos. La mayoría de los niños asisten a la Escuela Jorge Newbery ubicada a unas 20 cuadras del barrio. La Calera es una ciudad de 32.000 habitantes, ubicada al Noroeste de la ciudad de Córdoba, en lo que se conoce como el “Gran Córdoba”, zona que alberga a gran cantidad de población con NBI el que asciende aproximadamente al 58%., siendo Matadero uno de los barrios con mayor cantidad de familias (90) en esas condiciones.

    La totalidad de los niños y sus grupos familiares se encuentran desde el punto de vista económico en situación de pobreza o indigencia, con un sin número de necesidades y carencias tanto materiales como no materiales (viviendas adecuadas, alimentación, vestimenta, recreación, ocio, esparcimiento, etc.). De lo cual se infiere que son familias que se encuentran en situación de “vulnerabilidad”, ya que en la caracterización del mismo podemos decir además, que son familias numerosas que viven en condiciones de hacinamiento, con un solo miembro como jefe de familia, escasos niveles de instrucción de los adultos, desocupación, sub-empleo y/o trabajo en negro. Por otra parte, en relación a las instituciones existentes en el barrio, la Asociación Civil Caritas Felices es el único espacio comunitario a través del cual se procuran abordar algunas de las múltiples problemáticas y necesidades que se presentan en el sector, posibilitando el acceso a recursos educativos, de alimentación, recreativos y productivos, entre otros.

    Además, desde el año 2006 viene realizando un proceso de capacitación en temáticas alimentarias para padres de niños y niñas que asisten al comedor, que resulta imprescindible de continuar y/o fortalecer. Los centros educativos más cercanos se encuentran aproximadamente a 12 cuadras del barrio, al igual que el centro de salud El problema de la desnutrición y el riesgo alimentario es una cuestión que se vincula con diversas variables. No solo implica la escasez de recursos materiales sino además comprende aspectos socio- culturales. Como lo expresa la antropóloga Patricia Aguirre (2007) “la alimentación humana es un hecho complejo, un hecho social total…Para estudiar por qué la gente come como come tengo que estudiar cómo vive...

    La alimentación es parte de la construcción del sujeto…” A partir de un diagnóstico realizado por las promotoras comunitarias de los comedores, los técnicos de la ONG y la información aportada por la escuela, se observó que tanto la comunidad de Barrio San Miguel de Unquillo, como la de Barrio Mataderos de La Calera, presentaban indicadores de pobreza extrema, alta vulnerabilidad y riesgo nutricional, disolución de espacios familiares para compartir la comida en el hogar e imposibilidad de elaborar la comida en la casa por escasez de recursos materiales. Por otra parte, el trabajo que realizan los comedores comunitarios involucrados, los cuales funcionan a partir de las crisis sociales de los últimos años de la década del noventa y comienzos de ésta, resulta muy difícil de sobrellevar, ya que cuentan con muy pocos recursos tanto materiales como humanos, y el transcurso del tiempo ha significado el desgaste de las pocas personas que trabajan allí.

    La ONG A.Pr.O.H.Col. que desde hacía varios años desarrolla actividades en estos territorios, junto con las promotoras se propusieron iniciar un proceso de inclusión de las familias de ambos barrios, tendientes a: - Estimular la participación de las familias en la elaboración de la comida de los Comedores Comunitarios; - Promover los espacios familiares de alimentación en el hogar; - Generar acciones creativas para lograr la participación comunitaria.

    La práctica se inició hace ocho meses, con la realización de un diagnóstico comunitario. A partir del análisis de los datos relevados por las promotoras y técnicos, se elaboró una estrategia de aproximación a la comunidad consistente en convocar y crear espacios de visibilidad del grupo de promotoras mediante la utilización de herramientas de comunicación creativas: teatro y radio abierta en cada comunidad. Paralelamente se hicieron visitas a las familias invitándolas a que un representante (mamá o papá) participen de la preparación de la comida que se elabora en el comedor. Así se inició la práctica de preparación de la comida, elaborada a partir de la modalidad propuesta por la persona invitada quien implementa su RECETA. Esta comida es brindada a los niños que asisten al comedor, la invitada se lleva a su casa y otras familias del barrio buscan la comida y la llevan para consumir en sus hogares. Alrededor de cinco familias por barrio comienzan a participar de esta práctica, rotando durante la semana, de modo que todas llevan diariamente la “vianda” elaborada con su RECETA a su casa.

    Problema o necesidad que intenta resolver:
    Se observa que la problemática presenta diferentes dimensiones, aunque podemos recortar como cuestión principal, la destrucción del tejido social, aspecto que se ve reflejado en la dificultad para lograr la participación comunitaria, la pérdida de hábitos y pautas culturales en relación al encuentro de la familia y el riesgo alimentario consecuente.

    Impacto que se logró o espera lograr en la calidad de vida de las personas excluidas:
    Los resultados que se han podido observar a corto plazo implican varios niveles de impacto. Por un lado se vinculan con la participación activa de los diferentes actores involucrados, lo cual ha generado en cada uno protagonismo y compromiso; por otro lado, ha significado la ayuda y sostén tanto para las promotoras que trabajan en “soledad” en los comedores como para las cocineras invitadas que realizan su propia receta y la llevan a su casa para compartirla con su familia. Para algunas de estas familias que no acercaban al comedor por prejuicios o desconocimiento implica la posibilidad de incluirse de otra manera, de sorprenderse viendo a su mamá cocinando, o probando nuevos sabores.

    Aspectos innovadores o replicables de la experiencia:
    La fortaleza que presentan estos grupos radica en la actitud solidaria y generosa hacia sus semejantes, tanto de las personas que trabajan en el comedor quienes ofrecen ese espacio para la inclusión de personas que preparen con ellas su comida con su manera particular de elaborarla, como también la actitud de las familias que asisten a colaborar en las tareas del comedor. El encadenamiento y articulación de múltiples acciones que van conformando una red de inclusión y contención de los sujetos en condiciones más desfavorables es lo destacable de esta experiencia, acciones que además pueden seguir potenciándose y replicándose allí y en otras comunidades. Es importante señalar como aspecto clave, la participación comunitaria y la mirada colectiva que los grupos han construido ante los problemas abordados.

    Principales obstáculos o desafíos que presenta la práctica:
    Ante la imposibilidad de acceder a recursos alimentarios, todos los actores se han propuesto realizar otras acciones que, de manera colectiva, resuelvan el problema. En este sentido las compras comunitarias y una huerta en cada comedor, son propuestas que si bien resultarían beneficiosas para toda la comunidad, hasta el momento no se han podido poner en marcha, debido a la dificultad para gestionar el recurso económico y organizarse para concretar la puesta en marcha de ese mecanismo grupal, como así también debido a que todos los esfuerzos han sido orientados a lograr la implementación de las actividades ya descriptas. Es por ello que quedan por adelante aún, trabajar en la concreción de

    ¿En el caso de resultar premiada la práctica postulada, en qué invertirá el premio?
    Se considera de suma importancia la posibilidad de sistematizar la práctica realizando para ello un documento audio-visual que refleje la metodología y estrategias utilizadas, para que estos aspectos puedan ser transferidos a otros interesados en replicar la experiencia. Por otro lado, sería muy importante poder contar con un fondo mínimo de dinero que permita realizar una prueba piloto en la que se concrete la propuesta de compras comunitarias, ya que este proceso no ha sido implementado por no contar con un recurso monetario inicial.