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El Proyecto se fue concretando en tres tramos. El primer trayecto consistió en la realización de una Campaña Solidaria "Juguemos el mismos juego". Este tramo del proyecto surge ante la dificultad de no contar con el material lúdico necesario para iniciar los talleres. De este modo, en la búsqueda de alternativas, frente a la falta de dinero disponible para adquirirlos por cuenta propia, surgió la propuesta de apelar a la solidaridad y capacidad de respuesta generosa de las diferentes Obras Maristas. En este sentido, la Campaña se propone como modo para continuar acortando las distancias y forma de seguir construyendo fraternidad entre las distintas comunidades, promoviendo la igualdad de oportunidades.
El segundo trayecto implica la formación de los animadores, responsables de coordinar los respectivos talleres de Juegos, apropiándose de herramientas teórico-prácticas orientadas al trabajo con niños, donde puedan experimentar ellos mismos cada uno de los juegos, generando luego un "efecto multiplicador" de lo aprehendido. A su vez, estas instancias son de suma importancia para potenciar los talentos que cada uno trae, para compartir la vida -ideas, miedos, expectativas, sueños- desde la experiencia misma del "encuentro".
Por último, están pensados como lugar fundamental para aunar criterios de trabajo y caminar hacia los mismos objetivos, presentando al juego como medio de aprendizaje, tendiendo a la promoción humana de los niños y jóvenes. El último de los trayectos hace referencia concretamente a los talleres de juegos, considerando al juego mismo "como práctica significativa y subjetivante". En los talleres de juegos y a través de ellos, de la imaginación y la creación, se genera el espacio propicio para compartir sentimientos, emociones o afectos de una persona con la otra. Se posibilita la empatía que exige reconocer lo que ese otro está sintiendo y compartir su experiencia emotiva; es decir se origina el marco ideal para la comunicación más íntima y el apoyo interior.
Impacto que se logró o espera lograr en la calidad de vida de las personas excluidas:
A través del juego, se desarrolla la personalidad del niño y se lo prepara para la vida, en la vida misma. JUGAR, se constituye entonces, en una experiencia de aprendizaje actitudinal, que permite crear, explorar, pensar, suponer, participar, imaginar y reflexionar. Porque jugar es hablar de diversión, alegrías, tristezas, respeto, solidaridad y otros muchos valores más que se aprenden, se viven y sobre todo se sienten; porque jugar es interactuar, es sociabilizar saberes y experiencias y sobre todo, es compartir VIDA.
Aspectos innovadores o replicables de la experiencia:
Como aspecto innovador podemos señalar que los animadores que llevan adelante el proyecto son jóvenes que viven en el barrio, que han crecido en el mismo contexto de vulnerabilidad y que emergen ahora como actores y protagonistas del desarrollo del proyecto. Por otro lado, el considerar al juego como herramienta de crecimiento, de aprendizaje, desde el cual incorporar y ejercitar valores, desde donde sentirse reconocido y "parte de".... en otras palabras, vivenciar el juego como construcción de ciudadanía e inclusión social.
Principales obstáculos o desafíos que presenta la práctica:
Uno de los principales obstáculos es lograr la permanencia de los voluntarios dentro del proyecto, si no es acompañado con un reconocimiento económico (beca). En este sentido, al contar con escasos recursos, el mismo se presenta como la amenaza más importante frente a la continuidad del proyecto.
¿En el caso de resultar premiada la práctica postulada, en qué invertirá el premio?
De resultar seleccionado el proyecto, el premio será destinado a la adquisición de materiales deportivos y a mejorar la infraestructura de la precaria cancha de fútbol con la que se cuenta (ubicada en las márgenes del Río San Lorenzo).